CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

YO NO ESTABA ALLÍ. POR VICTORIA SENDON DE LEON-TRIBUNA FEMINISTA.

COMENTARIO PREVIO DE OSVALDO BUSCAYA


Victoria Sendón de León considera, {Tan intolerables como lo que sucedió este 20 de marzo de 2024, cuando la Dra. Marcela Lagarde estaba invitada a impartir una conferencia sobre la violencia estructural contra las mujeres, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense y sufrió el escrache más vergonzoso de la cosa trans; ella, que había acuñado el término de “feminicidio” a partir de las terribles matanzas de mujeres en Ciudad Juárez y que muchos estados han incluido en su ordenamiento jurídico. Ella, que consiguió una condena al Estado mexicano por inhibirse en los sangrientos asesinatos y torturas de innumerables jóvenes que acudían para trabajar en las maquilas. Y así un año y tras otro. Creo que no aparecieron los culpables, no me refiero a los sicarios, sino a los de arriba ocultos y ocultados siempre. Los inductores intelectuales de los crímenes. Por llamar intelectual a cualquier cosa cuando se trata de pulsiones de “casquería”}, pues, es imposible negar sobre lo femenino lo perverso de la transexual ecuménica perversa civilización, tan frecuentemente observable, como fenómenos excepcionales; es más bien que el transexual patriarcado se caracteriza por su perversión irresoluble y ambigüedad sexual, para satisfacerla y gozarla en su objeto – victima; la mujer. El empleo que en la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal encuentran el contrasentido y el absurdo ha hecho perder a aquella la dignidad preconizada y el feminismo la percibe como es; relajada e inmoral. La ciencia de lo femenino lo demuestra detalladamente al investigar los fundamentos de la irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón, que me hace sentir un tanto cohibido, como si algo me aconsejara no citar “in extenso” tal comparación, advirtiéndome que entre mis lectores habría seguramente algunos, que exigen el máximo y debido respeto al transexual ecuménico perverso patriarcado; extendido a todos los varones.

Victoria Sendón de León considera, {Vimos el patetismo de aquellos seres embozados balbuceando eso de “Aquí está la resistencia trans”, “Fuera transfobia de la Universidad” y esas brillanteces que usan como mantras de un victimismo trasnochado de receta queer para dummies, que cada vez son más hasta que se caigan del guindo o les dejen de pagar. Junto a ellos, unas chicas poseídas cual ménades o bacantes, que gritaban enloquecidas. Siempre lo mismo y sin salirse del guión}, pues, nos expone el transexual ecuménico perverso patriarcado a la influencia de su irresoluble perversión y ambigüedad sexual en cada situación que se provoca en la dinámica social. Tal influencia se desarrolla porque la situación de la sociedad, roza inevitablemente su irresoluble perversión y ambigüedad sexual. El drama psicológico del infante varón, su temor a la castración y repudio a lo femenino castrado, se convierte en psicopatológico, cuando la fuente infantil de ese sufrimiento, que hemos de compartir y del cual se espera que derivemos nuestro placer, no es ya un conflicto entre dos motivaciones inconscientes casi por igual, sino entre motivaciones conscientes y reprimidas. Aquí la condición previa para que se dé el goce perverso es que también parte de la ciudadanía, constituida por los varones, sea perversa. En efecto, sólo a un perverso podrá depararle placer esa “liberación trans” y, en cierta medida, también la aceptación consciente de la motivación reprimida, en vez de despertar su repulsión, como ocurriría en toda persona no perversa, que, además de rechazar dicha motivación, se dispondrá a repetir el acto represivo, ya que en ella la represión ha tenido pleno éxito.

Señalo en mi Ciencia de lo femenino (Femeninologia) cuanto tenemos que aprender, sobre la estructura de la relación de la mujer con la verdad como causa, en la imposición del transexual ecuménico genocida perverso patriarcado incluso en las primeras decisiones de la simiesca horda primitiva.

Experimentamos así la impresión de que la civilización es algo impuesto a una mayoría contraria a ella por una minoría que supo apoderarse de los medios de poder y coerción.” (Freud)

Vivir, es una burlesca simiesca parodia siniestra idiota.

El mundo es idiota, me aburre en todos sus niveles; Sin excepción; ¡¡¡Siendo un error olvidarlo!!!

El sentido y la verdad del feminismo, es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual

Un travesti no es una mujer

Lo femenino es el único y absoluto camino

Buenos Aires

Argentina

26 de marzo de 2024

Osvaldo V. Buscaya (1939/2024)

OBya

Psicoanalítico (Freud)

*Femeninologia

*Ciencia de lo femenino

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Yo no estaba allí

Por

Victoria Sendón de León

25 de marzo de 2024

Ese día no estuve allí. Menos mal, porque a estas alturas mis vísceras ya no procesan fácilmente tantas tonterías juntas y me exalto más allá de lo permitido, lo que pasa es que lo políticamente correcto se ha convertido en una franja estrecha -tan estrecha como la banderita LGTBIQ – que enseguida la sobrepaso y me extraña muchísimo que la gente trague con cierta tranquilidad y aquiescencia cuando se trata de cosas intolerables.


Tan intolerables como lo que sucedió este 20 de marzo de 2024, cuando la Dra. Marcela Lagarde estaba invitada a impartir una conferencia sobre la violencia estructural contra las mujeres, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense y sufrió el escrache más vergonzoso de la cosa trans; ella, que había acuñado el término de “feminicidio” a partir de las terribles matanzas de mujeres en Ciudad Juárez y que muchos estados han incluido en su ordenamiento jurídico. Ella, que consiguió una condena al Estado mexicano por inhibirse en los sangrientos asesinatos y torturas de innumerables jóvenes que acudían para trabajar en las maquilas. Y así un año y tras otro. Creo que no aparecieron los culpables, no me refiero a los sicarios, sino a los de arriba ocultos y ocultados siempre. Los inductores intelectuales de los crímenes. Por llamar intelectual a cualquier cosa cuando se trata de pulsiones de “casquería”.


Pues bien, la que sí estaba allí era la Decana de la Facultad, María Esther del Campo, la misma que la había invitado y cuya función se redujo a no dejar actuar a la seguridad y permitir que el escrache de los trans se desarrollara todo el tiempo que ellos decidieron. O sea, de inhibirse y dejar hacer como el Estado mexicano hizo con los crímenes de sus jóvenes mujeres. Pues bueno, que se siga inhibiendo hasta que pidamos su dimisión y la denunciemos por no cumplir ni dejar cumplir los fines académicos de libertad de cátedra de toda Universidad. Esa señora no es merecedora del cargo que representa, pero existe la tendencia actual del “chorlito emancipado”, que ha interiorizado que ponerse de parte de la “barbarie trans” supone congraciarse con la cúpula gubernamental y ser más progresista que nadie, olvidando su ética y sus funciones. Toda esta barahúnda de cobardes mediocres, que prolifera en nuestras instituciones no tardará en caer a fuerza de inhibirse. Los inhibiremos a todos. Preguntada por el protocolo en estos casos, contestó que “no actuar”, o sea, inhibirse. Para no actuar no hace falta ser decana, ni siquiera bedel.


la que sí estaba allí era la Decana de la Facultad, María Esther del Campo, la misma que la había invitado y cuya función se redujo a no dejar actuar a la seguridad y permitir que el escrache de los trans se desarrollara todo el tiempo que ellos decidieron.


Y eso que el ministro Urtasun va proclamando por ahí que no va a permitir ninguna censura. Supongo que con una listita bajo el brazo de lo que es y no es censura según soplen los vientos y los inquisidores, que precisamente en Políticas de la Complu, tienen uno muy resabiado.


Pudimos verlo en su totalidad, gracias al excelente reportaje de las Towanda Rebels, que sí estaban allí. Muy oportunamente. Vimos el patetismo de aquellos seres embozados balbuceando eso de “Aquí está la resistencia trans”, “Fuera transfobia de la Universidad” y esas brillanteces que usan como mantras de un victimismo trasnochado de receta queer para dummies, que cada vez son más hasta que se caigan del guindo o les dejen de pagar. Junto a ellos, unas chicas poseídas cual ménades o bacantes, que gritaban enloquecidas. Siempre lo mismo y sin salirse del guión.


Finalmente, terminaron la ponente y su auditorio, recluidas en una pequeña aula, con la llave echada por dentro y un guardia de seguridad vigilando los empellones que seguían dando a la puerta y los papeles que pasaban bajo ella hasta el final. No querían soltar la presa. Buen escenario para la violencia estructural de la que hablaba Lagarde en un gesto de infinita buena voluntad, templanza y aguante de una mujer mayor, enferma y venida desde México. Menuda lección.


Una no puede dejar de pensar en el origen de semejante política. Alguien más arriba de la decana y del Consejo de una Universidad, hasta el Ministerio mismo de Universidades, hasta el Gobierno y más allá como la UE o la ONU. Podemos tirar del hilo, pero difícilmente llegaremos al origen real sin una profunda investigación imposible. Pero, de un modo más próximo, leo que Yolanda Díaz propone como prioridad en las políticas sociales y de empleo al colectivo LGTBI como si se tratara de discapacitados o indigentes. Nada de familias monomarentales ni pensiones de viudas ni de mujeres mayores de cincuenta, abundando en un victimismo también estructural y eterno, que se tiene que imponer a todo lo demás.


Sólo tengo una certidumbre. Y es que la promoción de este colectivo tiene un claro objetivo: destruir desde dentro el feminismo con su apropiación, resignificación y anulación definitiva por su peligrosidad latente para el sistema. Todo ello me hace pensar en que tendríamos que retomar una lucha más similar a la de las sufragistas, más política, más agresiva, más comprometida y sin cuartel, dejando aparte esa famosa “agenda” de cintura para abajo como si sólo fuéramos un cuerpo reproductivo. Frente a los objetivos individualistas y narcisistas de los LGTBI, nosotras tenemos objetivos más universales y políticos. Y es el momento de demostrarlo. Ellos andan pendientes de “sus partes”. Nosotras, del mundo.